Todos tenemos secretos escondidos en algún lugar y nos sentimos frágiles cuando alguien los descubre.

Pero llega un momento en la vida en el que descubres que no es necesario seguir ocultando lo que hemos sentido, llorado, reído, amado... No es necesario esconder en lo más recóndito del alma todo aquello que nos hizo sentir intensamente vivos.

Ya perdí el miedo de abrir las puertas del alma, porque no soy vulnerable ante nadie, salvo ante el miedo de sentirme vulnerable.

Tan solo soy alguien como tú, a quien el universo no ha cesado se regalarle momentos para sentirse viva.

Transparencia


Todo era transparente aquella noche.
Recorríamos las calles de una ciudad solitaria
y distante.

Transparencia de baldosas desgastadas,
de torres altivas,
de palomas dormidas,
de campanarios y de catedrales.

Transparencia de aquella brisa de mar amado
y del frío que hería  nuestros rostros.

Transparencia de universo infinito,
de estrellas desplegadas,
y del nenúfar.

Transparencia de manos y miradas.
De versos en los labios, y latidos.

Transparencia de aquella libertad que inundaba
                                                                          nuestras manos transparentes.