Todos tenemos secretos escondidos en algún lugar y nos sentimos frágiles cuando alguien los descubre.

Pero llega un momento en la vida en el que descubres que no es necesario seguir ocultando lo que hemos sentido, llorado, reído, amado... No es necesario esconder en lo más recóndito del alma todo aquello que nos hizo sentir intensamente vivos.

Ya perdí el miedo de abrir las puertas del alma, porque no soy vulnerable ante nadie, salvo ante el miedo de sentirme vulnerable.

Tan solo soy alguien como tú, a quien el universo no ha cesado se regalarle momentos para sentirse viva.

Entrega de amor al Mediterráneo.

Sé que vienes a buscarme.

Te arrastras, perezoso, hasta mi  cuerpo
tendido en la arena de la playa
y acaricias mis pies.

Como por descuido, trepas hasta mi vientre
y lo cubres con la sal de tu lujuria.

Y tu semen de vida, blancura perfecta de espumas,
lucha por abrirse paso desesperadamente, a través de mi cuerpo claudicado,
hasta el centro exacto de mi alma,
fértil de soledad gozosa,
                              de libertad sin límites.

Y yo,  me dejo llevar por el suave vaivén de espumas y algas,
con los ojos cerrados, bajo el azul del cielo.

Mientras, el rumor de la ola traiciona tu profundo silencio
y me cuenta al oído tu secreto.

Y así, entro a formar parte de tu juego...

.... como quien no quisiera,  me dejo convencer con dejadez
y me abandono a tus deseos,
                            entre la arena y las caracolas.